La clave es conectarse con el proyecto, con la gente y con el lugar, desde el corazón

Federico Molinari llevó a la gimnasia artística argentina a lo más alto. Entrena esta disciplina desde los 9 años motivado por dos cosas: pasión y compromiso. Estas dos palabras se convirtieron en un mantra en su vida, forman parte de todo lo que encara y su acción solidaria no es una excepción. 

 

Por su espíritu fue convocado por Saint-Gobain para ser embajador de la Huella, un programa para transformar realidades a partir del contagio de buenas prácticas. Así se convirtió en uno de los embajadores. Su última misión lo trasladó a Tigre, específicamente al barrio Bancalari, para ayudar a Silvia y Juan Domínguez con el merendero “Sueños de Dios”, que tiene por objetivo acompañar a los chicos de la zona para que puedan superarse. 

 

Silvia y Juan son hermanos, hace un año decidieron convertir la que era la casa de su abuelo, en un merendero para que los chicos del barrio Bancalari y sus familias, puedan tener un plato de comida y realizar talleres recreativos. Ellos se criaron en este lugar y saben lo necesario que es para la comunidad. 

 

A través de Huella Saint-Gobain, Fede colabora con la construcción del salón que funcionará de comedor y el acondicionamiento de las instalaciones para realizar allí los talleres. “Weber hoy tiene mucha tecnología en la construcción, muchos de los materiales ya son premezclas muy avanzadas, que facilitan un montón el trabajo para la gente que lo va a usar. Trajimos  400 bolsas de 4 en 1, que es para hacer todo el revoque de las paredes, 3 latas de membrana líquida para el techo para que no entre el agua y 20 bolsas de pegamento para cerámicos. Todo esto va a hacer que el lugar sea una casa completa con todo lo que necesitan”, comentó el gimnasta. 

 

En total la Huella permitirá revocar 200 m² de pared, pegar 85 m² de cerámicos, hacer una carpeta de 70 m² e impermeabilizar 90 m² de techo. 

 

Con Huella Saint-Gobain, en palabras de Fede Molinari, “no solo se dona un material sino que se enseña a utilizarlo. Una vez que aprenden ya tienen la capacidad para poder hacerlo en cualquier lado asique para mí es aprendizaje, es trabajo para el futuro. Se deja una Huella en los chicos que vienen acá, una Huella para los que aprendieron a usar el material y una Huella para todo un barrio que a partir de ahora tiene un lugar en condiciones al que puede venir”.