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Una década en comunidad

Weber lleva diez años interviniendo paredes, plazas, muros y calles de todo el país, formando vínculos y mejorando la calidad de vida de los usuarios.

Las paredes han sido histórica y socialmente consideradas como medios de comunicación masiva y tuvieron un importante rol en tiempos antiguos, cuando leer era privilegio de pocos. Actualmente, conllevan una fuerte significación simbólica y política.

El muralismo colectivo que Weber impulsa desde hace diez años a través de su Plan de Infraestructura Solidaria (PISO) retoma estos valores y acentúa la posibilidad de participación de la comunidad en la gestión y la realización de arte urbano. En este proceso es necesaria la participación de una gran cantidad de gente que conforma equipos de diverso grado de capacitación constituidos por vecinos, alumnos de escuelas, talleres de arte y todo tipo de organizaciones comunitarias que tengan interés de participar en el crecimiento de su entorno urbano.

El programa tiene como objetivo aumentar la calidad de vida de la comunidad a través de acciones en espacios públicos degradados o en desuso. Mientras mejora la infraestructura y recupera espacios públicos a través del arte, desde un aspecto social promueve la capacitación de mano de obra no especializada. De esta forma, Weber contribuye al mantenimiento de escuelas, hospitales y otros espacios públicos, implicando a la comunidad en ese nuevo hito urbano y convirtiéndola en partícipe de su futuro mantenimiento.

En 2010, el Museo de Arquitectura y Diseño de la Sociedad Central de Arquitectos alojó una muestra acerca de PISO. Por su parte, el diario The New York Times (7/06/2009) destacó la intervención urbana sobre el Pasaje Lanín en el barrio de Barracas y la importante feria de galerías de arte de Buenos Aires, Expotrastiendas, exhibió parte del trabajo muralista. PISO también fue galardonado con el Primer Premio RSE, Premios Empresa y Sociedad, dirigidos a empresas, asociaciones, federaciones y confederaciones de empresarios que desarrollen programas de apoyo a personas desfavorecidas.

“Weber me enseñó a unir lo útil a lo bello”, expresó Nushi Muntaabksi, reconocida internacionalmente por sus trabajos en trencadís y activa participante del Programa. Por su parte, Rodolfo Sorondo, arquitecto y artista plástico, da en la tecla en cuanto a la importancia social del Programa en el que participa hace años: “La vitalidad que reflejan los murales urbanos con sus formas y colores diversos y cambiantes, que se modifican en el tiempo, es ni más ni menos que la expresión plástica-espacial-arquitectónica de la comunidad que los genera, es la afirmación de su identidad”.